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Descanso y Rendimiento

por Oct 16, 2017Sin categorizar0 Comentarios

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Descanso y Rendimiento ¿Cuánto crees que el descanso puede condicionar tu rendimiento?

Soy una persona muy activa, constante, y con hambre de superación. Me gusta tener la cabeza ocupada y quizá por eso siempre he buscado (inconscientemente, en mucho casos) caminos que aparentemente son complicados. Desde pequeña fui muy estudiosa, incluso a veces, en primaria, hacía los deberes nada más llegar a casa. Me ponía antes de comer y así, tener el resto de la tarde libre. Nunca me ha gustado dejar las cosas para el final. Crecí, y en el instituto sacaba buenas notas. Y cuando tuve que elegir “lo que quería ser de mayor”, me decanté por la medicina. 

Todo esto mientras hacía una de las cosas que más me gusta en el mundo, que es correr, entrenar, competir, viajar, y vivir nuevas experiencias. Hasta que acabé la universidad. 

Cuando estás acostumbrado a hacer muchas cosas y a no tener tiempo libre ni el descanso adecuado, te parece lo normal (de hecho, lo es para la mayoría de la gente). Pero el año pasado, yo tuve la suerte de poder decidir. Y lo que elegí fue que, después de tantos años compatibilizando mis estudios con mis entrenamientos, y habiendo acabado mi carrera universitaria, había llegado el momento de parar a respirar, de ser una de las afortunadas que puede dedicarse a lo que realmente le gusta, y le llena. Y cuando estaba a punto de ponerme a estudiar para preparar el examen del MIR, pisé el freno y dejé mi carrera como profesional de la medicina en “stand by”.

Ha pasado justo un año desde que comenzó mi primera temporada dedicando la mayoría de mi tiempo al atletismo. Desde que aparté mis estudios, y correr se convirtió en mi actividad principal (la he complementado con otros intereses que tenía abandonados por falta de tiempo, véase idiomas u ocio, sin dejar de lado el estudio de la medicina). Dicho así, puede sonar como que he desperdiciado un año de mi vida, que podría haber seguido compatibilizando el atletismo con el estudio. Pero realmente, no se puede valorar esta oportunidad hasta que se tiene. Desde que soy “atleta profesional”, si es que podemos llamarlo así, mi rendimiento ha mejorado muy notablemente. Y, es que, no solo tengo la oportunidad de hacer más sesiones de entrenamiento (antes hacía 7-8 a la semana , y ahora hago hasta 10), si no que además mi cuerpo las asimila mucho mejor.  

Antes me levantaba a las 7 de la mañana, iba a la facultad o al hospital a hacer prácticas y pasaba toda la mañana de pie, en el quirófano o en la consulta. Llegaba a casa, y después de comer, apenas tenía media hora para echarme la siesta antes de ponerme a estudiar o hacer algún trabajo de clase. Y por la tarde, entrenaba. Así los cinco días de la semana, hasta que llegaban el sábado y el domingo y aprovechaba para hacer lo que tuviese pendiente, ver a mis amigos y a mi familia. En ese momento, no era consciente  del cansancio que mi cuerpo arrastraba, porque convivía con esa sensación desde hacía años. Los entrenamientos me salían mejor o peor, dependiendo de la semana que hubiese tenido, de cómo me pillase el día o de cómo hubiera dormido. 

Ahora, el despertador no suena hasta las 8.30, me levanto, desayuno y después de reposar un rato y de ponerme al día en mis cosas, bajo al entrenamiento. Luego ducha, comer y aunque tenga que volver a entrenar por la tarde, tengo tiempo a la hora de la siesta por si necesito descansar un poco más. Si por lo que sea, un día no duermo bien, mi cuerpo tiene horas de sueño de sobra acumuladas para poder rendir. Y ya las recuperaré por la noche cuando vuelva a la cama. Tengo más tiempo libre y con él más tratamientos fisioterápicos y de recuperación. Además, no necesito juntar todos mis planes en el fin de semana, e incluso puedo utilizar este último para hacer mis cosas.

Mentalmente, estoy liberada. No estoy siempre pendiente de plazos de entregas de trabajos o de fechas de exámenes. Vivo relajada, mientras que antes era un estrés constante, tanto física como mentalmente. Y eso desgasta, y mucho. Tengo tiempo libre y puedo hacer cosas que me gustan y que antes no cabían en mi horario, como leer o ver pelis.

A nivel de resultados puedo dar datos objetivos con mis marcas personales; he pasado de correr los 3000 metros lisos de 9´33″  a 9´13″, que aunque no sea una marca estratosférica, supone una mejora de 20 segundos. Y en 3000 obstáculos (mi prueba favorita y en la que mejor me defiendo), he bajado de 9´53″  (de hace dos años, y siendo mi segunda mejor marca 9.56, solo habiendo bajado 3 veces de los 10 minutos) a 9´40″, teniendo una regularidad que nunca había tenido antes, y habiendo bajado de 10 minutos en cinco ocasiones solo en esta temporada). Me siento competitiva en carreras en las que el año pasado me veía a años luz de las demás. Y creo que puedo considerar que tengo muchas más solvencia como atleta en comparación con lo que era hace unos meses.

Como ya he dicho, me siento afortunada de poder dedicarme a lo que me gusta. Aunque a algunos mi rutina les parecerá aburrida y demasiado exigente, incluso egoísta, ya que me dedico a cuidarme un gran porcentaje de mi tiempo, de momento está dando su fruto, y a la vista están los resultados.

Algún día esta etapa de mi vida acabará. Retomaré la medicina y me dedicaré a diagnosticar y tratar pacientes. A ayudar a la gente a tener una mejor calidad de vida y una buena salud. Y yo, tendré una vida muy diferente a la que tengo ahora, con sus pros y sus contras: no será necesario que cuide al máximo mi alimentación o que cuente las horas de sueño, pero a cambio tendré horarios y menos tiempo libre, que cambiaré por horas en el hospital. Pero hasta que llegue ese momento, voy a aprovechar esta gran oportunidad y a disfrutar del camino.”

Irene Sánchez Escribano – Descanso y Rendimiento

Irene Sánchez-Escribano para Descanso y Rendimiento

Atleta Profesional (3000 obstáculos) y Graduada en Medicina.